martes, 21 de junio de 2011

Influencias y tendencias en la obra de Nahum Zenil.

La influencia más sobresaliente proviene del psicoanálisis y el surrealismo. Al respecto Nahum Z. relata:

“Muy al principio de mi carrera tomé como tema de mi obra mi propia vida y, por eso, el autorretrato constante. Es una necesidad de introspección, de liberarme de una serie de conflictos, de cuestiones psicológicas. Estuve en tratamiento psicoanalítico hace unos buenos años, no me acuerdo cuántos. Lo suspendí y continué por mi propio esfuerzo tratando de analizarme, de encontrar las causas de tal o cual experiencia o sentimiento”.

Se trata entonces de una continua introspección que el autor hace, lo cual justifica los autorretratos, siguiendo un estilo muy parecido al de Frida Kahlo con la cual se le ha comparado muchas veces.

Respecto a las comparaciones con Frida Kahlo, es evidente que la obra de Kahlo tiene una fuerte influencia y preponderancia. Zenil no niega estos nexos, por lo contrario, Sonia Melara argumenta que: “Zenil siente especial identificación y fueron otras personas quienes comenzaron a relacionar la obra de ambos, aun antes de que el mismo artista lo hiciera […]

En 1983 realiza “Con todo respeto”, en la cual aparece Frida rodeada de Zenil y su amigo Gerardo, y en 1991, “Frida de mi corazón” ”. Es necesario destacar que Nahum B. Zenil no es el único que retoma la vida y obra de Frida, su influencia ha sido fuerte, constante e incluso transfronteriza; artistas feministas, chicanas, entre otras, la han tomado como un referente y modelo:
“la vida y la obra de Frida Kahlo proveyó el modelo introvertido: dolor y fortaleza, la sublimación del yo en el arte […] Su arte no sólo era de gran belleza e interés, no sólo incorporaba o absorbía la imaginería precolombina y folclórica de México […] (introdujo) el detalle minucioso, el exuberante uso de formas vegetales, la fusión de lo precolombino con lo moderno y el uso de la modalidad del autorretrato”.



Zenil manifiesta las características mencionadas, la introspección mediante el autorretrato, la hibridez de lo antiguo con lo moderno y el uso de formas vegetales, sin dejar de lado que tanto Frida como Zenil, tuvieron un fuerte referente en los exvotos, pinturas que se han utilizado como una forma de ofrendar y agradecer en el imaginario del catolicismo. Otros artistas que injieren en el imaginario iconográfico de Zenil, son Goya y Mantegna.

A partir de la temática iconográfica como se ha mencionado anteriormente y respecto a los signos que se reconocen en el imaginario colectivo como “mexicanos” propiamente dichos, se alinea a Zenil con una corriente que se genera después de los 80: el neomexicanismo. Sonia Melara, explica al respecto “Asociado con los llamados Neomexicanistas —el grupo de artistas que comenzaron a destacar en la década de los ochenta, entre ellos, Dulce María Núñez, Rocío Maldonado y Julio Galán— Zenil sólo tiene un punto en común: sus fuentes del arte popular mexicano” . Es importante abordar el tema del arte popular mexicano en este apartado, pues pintoras y pintores mexicanos, entre ellos Nahum Zenil, han retomado esta línea estética conformando una especie de renacimiento de las raíces mexicanas que se implementaron a través de las artes plásticas con sentido nacionalista aunadas al muralismo mexicano a principios del siglo XX.




Esta práctica ha sido tanto reverenciada como criticada, pues algunos afirman que el tema ya se ha agotado, mientras que para otros es la construcción de un imaginario que exalta la cultura mexicana. Carlos Alvear afirma en relación a la pintura de caballete de artistas mexicanos: “hay sin lugar a dudas, una cierta tendencia bastante generalizada al arraigo de temas tomados de la realidad nacional”. Ejemplos como el paisajismo, los referentes del arte popular, las expresiones cotidianas, etcétera, tienen una gran influencia en el contenido de las pinturas de los oriundos mexicanos. También es necesario recalcar la importancia de estos temas abordados en la pintura con respecto a la particularidad de México y su diferencia con otros países latinoamericanos pues: “en un país como México, que contaba con una rica tradición de arte popular y arte semiculto. En otros países tal base no existía y por lo tanto quedaba en el aire cualquier intento por reclamarse de una instancia similar”. Lo cual colocó a México en una fuerte tendencia hacia los valores reconocidos como folclóricos, que se han convertido en una fuerte inspiración y remarcada línea de producción pictórica. El neomexicanismo y la obra de Nahum Zenil, son por tanto producto de estas manifestaciones estéticas.

Como ya se ha reiterado, Nahum Zenil ha retomado de forma central la sexualidad y su orientación como un pretexto para crear obras que presentan abiertamente esta temática: “las pinturas de Nahum B. Zenil dejan ver la complejidad de su mundo creativo y la intención sutil que hace de la homosexualidad a través de signos que incorpora como parte de una simbología muy personal que expresa su propia realidad”. Zenil busca a través de sus pinturas dialogar con aquellos que tienen contacto visual con su obra, un diálogo de reivindicación acerca de la diversidad sexual. Es necesario recordar que la obra del pintor empieza a tener resonancia en los 80, cuando se da la crisis del SIDA en Estados Unidos y se originan los mitos que ven en la homosexualidad como uno de los problemas que ha traído la pandemia del SIDA. También en estos años se acrecienta la lucha del movimiento gay en el mundo a causa de la represión y como resonancia de la revolución cultural de los 60s y el posterior movimiento feminista. Zenil es un baluarte de la representación pictórica con temática abiertamente homosexual en México.

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